Saturday, April 2, 2016

La Cantina de Star Wars

No me acuerdo la primera vez que fui, pero la birriadera no comenzó de una vez.  Era un lugar más, de hecho, hacia el fondo de la lista de lugares para ir.  Primero estaban Villa, Onplog, y todos los barecillos genéricos de Casco.  El año pasado prácticamente no salía de Casco.  Pero eso también era en parte porque estaba mega enamorada de un chico que trabajaba en el área, en parte porque mi mejor amiga vive y trabaja en Casco, y porque bueno, Casco es fuckin hermoso y cool y divertido y a quién no le gusta estar ahí.  Así que la idea de salir de Casco pa Ave. Balboa pa llegar a la Cantina de Star Wars no me animaba mucho, pero precisamente mi mejor amiga, quizás hastiada de su diario vivir en el Casco, sugería a menudo ir allá cuando salíamos y yo dizque “dale pues”.

Le fui agarrando el gusto al punto que esta semana pasada que estuve en la ciudad prácticamente fui a la Cantina de Star Wars todas las noches. Aclaro, ese no es su nombre verdadero, pero es que una amiga le puso ese nombre, por aquello de que no está exactamente llena de “pays”.  Pero, ese es en parte el trip, ¿sabes por qué? Porque ahí tamos casi todos en nuestros 30´s y por ende ya ahí nadie esta taquillando en modo hiper chaneo. Ahí las pancitas, los mofin tops, los cabellos despeinados (y de acuerdo a la misma amiga, grasosos) se despliegan con total abandono. Hay un cierto código de vestimenta que es como grunge, con skater, con rockerito panameño clase media, con me vale verga la vida.  Y si voy a ser 100% honesta me da un cierto schadenfreude estar en un lugar donde otra gente está más hasta la verga, más desesperada, más desarreglada, más vieja, más amargada, más borracha y más drogada que yo.  No me da pena admitirlo porque estoy segura que yo soy precisamente esa persona para otros menos hasta la gavers que yo. Bueno, eso y que sus bartenders saben qué es lo que es. Uno es un mega lindo de la vida, de esos chicos a los que no se les tira por que sabes que nada bueno tienes pa aportar a su vida. Y el otro es de esos bartenders sabios de la vida, que han visto más poncheras de las que crees posibles, que te dan consejos honestos y efectivos, y que te espantan la cabanga sea cual sea con alguna historia jocosa de vergueros peores que los tuyos.

La Cantina de Star Wars está llena de gente como una, vaya.  Es como estar en familia.  Y si no te molesta coger con un man a quien probablemente le cueste tener una erección y/o venirse por aquello de la droga predilecta de ese crowd que comienza con pi y termina con chi, también es posible salir de ahí con alguien decentillo (ehem, me han contado). Nena, que ahí todo el mundo está en el mismo desespere.  Le doy un 10/10, es más ya me dieron ganas de ir. Se me olvidaba.  No te tires de chistosita a hablar de kenke con el bouncer; es policía y las drogas no le hacen ninguna gracia.

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