Envidia, siento envidia, del calor y de la humedad
que tienen la dicha de rodearte, de embriagarte,
de asfixiarte, de ser tú.
Me imagino ahí contigo, mas despierto
en este cuarto, con estas paredes,
que poco tienen de ti y mucho tienen de mí.
De risas pasadas se llena mi ahora,
de lágrimas de ahora se pinta mi ayer.
Extraño el saberme lejos, sola, con mi mente infinita,
aterrada y sin nada que temer, con la brisa susurrándome historias,
borrando súbita y sutilmente lo que creía saber.