Friday, September 9, 2011

Agosto- Capitulo 2

Milene y Sergei habían comenzaron en el Departamento de Planeación y Saneamiento, “El Depsa”, al mismo tiempo. Los habían contratado a ambos para formar parte del equipo encargado de diseñar e implementar el plan de manejo para la cuenca del rio Torube y por ser los dos nuevos les tocaba participar juntos en reuniones y actividades orientadas a ponerlos al día con los avances del proyecto. Trabajaban por largas horas, a veces hasta entrada la noche, pero aunque pasaban mucho tiempo juntos, la pesada carga del trabajo no dejaba espacio para nada más que para lo laboral. Durante esas primeras semanas, sin embargo, sorprendió Milene a Sergei mirándola fijamente en más de una reunión. Y, aunque Sergei trataba torpemente de disimular su interés un vez descubierto, después de que el incidente se repitiera unas cuantas veces, a Milene no le quedaba duda de que Sergei la encontraba atractiva. Cuando hablaban, sin embargo, Sergei no la trataba igual que como lo hacían sus otros admiradores en la oficina, el mensajero y el vendedor de rosas. Jamás trataba de conquistarla con frases cursis, ni con peluchitos ni chocolates. No la invitaba a almorzar con él y no la invitaba a pasear o a cenar una vez terminada la jornada.

Aunque encontraba sus avances simpáticos, Milene no le paraba mucha bola al mensajero y mucho menos al vendedor de rosas. Ella se sentía a gusto en su relación con Camilo y en los tres años que tenían de estar juntos no había nunca querido estar con nadie más. Pero entonces, por ese mismo tiempo que Milene comenzó en El Depsa, Camilo aceptó un contrato para hacer un inventario florístico en Cerro del Oro. Trabajar en esa región remota, a la que solo se llegaba a pie después de varios días o por helicóptero, significaba vivir en una estación biológica la mayor parte del tiempo y no poder ver a Milene más que cinco días al mes. Milene comenzaba a sentir la ausencia de Camilo, pero contrario a lo que había anticipado, estando sola se sentía muy bien.

Monday, September 5, 2011

Agosto - Capitulo 1

“Necesito verte”. El mensaje de texto no podía llegar en peor momento, pero Milene lo había estado esperando por horas, por días, por meses se podría decir, y ni tener a Camilo enfrente pudo evitar la sonrisa que le provocaron aquellas palabras en la pantalla de su celular.

“Que pasó?” Le preguntó Camilo cuando vio aquel destello en los ojos de Milene, su sonrisa breve pero innegable, sus manos que torpemente apretaban algunos botones en el teléfono. “No, nada, Larisa con sus payasadas de la novela, nada importante”. No se le ocurrió más que achacarle el mensaje a su amiga Larisa, que de los nuevos acontecimientos en la vida de Milene no sabía nada, pero que tenía la costumbre de mandarle mensajes de texto con cuentos de la novela de las 7.

Camilo retomó la palabra y continuó con la historia que le estaba contando a Milene, pero ella ya no podía prestar atención. Milene se controlaba las ganas de volver a mirar su teléfono, releer esas palabras que tanto significaban, y se concentraba en seguir ahí, sentada, mirando a su novio aunque ansiaba poder abandonarse a sus deseos de responder el mensaje.

Tras esperar un tiempo prudencial, una eternidad a su parecer, Milene se levantó con la excusa de lavarse las manos y se llevó su teléfono en el bolsillo de su chaqueta. Entró al cuarto de baño y se encerró en el último stall al final del corredor. Volvió a leer el mensaje y ya no pudo, ni quiso, contener su emoción. “Que le digo, que le digo….” Susurraba como en un mantra, mientras repasaba mentalmente algunas opciones. Le dieron ganas de llamar a Mayte, su confidente, pero se contuvo. Tenía que contestarle a Sergei rápido. Ya habían pasado más de 15 minutos desde que le habían llegado esas dos palabras cargadas de urgencia, y Milene temía que su demora fuera interpretada como falta de interés.